jueves, 19 de marzo de 2009

Los Incas

El Imperio Inca fue el más extraordinario de las civilizaciones de América, la de más impulso y la más organizada. Su dominio abarcaba desde el Norte de ecuador hasta Chile Central; tenía un largo de 4.800 kilómetros y un ancho de 460 kilómetros. Su capital se llama Cuzco, que en lengua quechua significa "ombligo del mundo", para la época de la llegada de los españoles tenía 100.000 hab. y su Dios principal era el Sol, llamado "Inti" (así se llamo la segunda moneda peruana).

  La fundación del Imperio se le atribuyó a Inca Manco Cápac en el siglo XIII. el ultimo emperador fue Atahualpa, ejecutado por Pizarro en 1533 en la ciudad de Cajamarca. Su invasión en ese mismo año, y en el año de 1535 el 18 de enero fundó la ciudad de Lima.

  Los emperadores incas pudieron mantener y desarrollar su extenso dominio, debido a la preocupación por el bienestar y la felicidad de sus súbditos; no se conocía el hambre ni las injusticias agudas, de allí que se haya denominado Imperio paternalista, bien organizado. 

  La cultura incaica fue la resultante de la fusión de tres culturas que le antecedieron: la cultura tiahuanaco (1000-1300 d. de C.) de la región del lago Titicaca (entre Perú y Bolivia); la cultura nazca, de la zona meridional del Perú; Iña cultura mochica-michú, de la costa septentrional.


Suramérica 

Antes de que el imperio Inca alcanzara su apogeo en América, muchas culturas andinas habían preparado el terreno para su triunfo. Estas culturas no dejaron testimonio escrito de su historia y todo lo que se conoce de ellas proviene del estudio de su arquitectura, su cerámica y los restos encontrados en su tumba. Los arqueólogos han identificado distintos períodos de desarrollo que culminaron con los Incas. Las primeras sociedades complejas se formaron hacia el 1800 A.C. Entre esta época y el desarrollo de los Incas a mediados del siglo XV, surgieron diversa culturas que, poco a poco, se convirtieron en civilizaciones altamente organizadas, con estructuras sociales, sistemas políticos y económicos, artesanos especializados y una región en que se adoraban muchos dioses.

A lo largo de la costa desértica de Perú hubo estados civilizados como los Nazca, los Mochica y los Chimúes. En las tierras altas, los Huaris y los Tihuanacos que eran culturas bien organizadas.

Entre 1438 y 1534 todos estos elementos se reunieron y mejoraron bajo el imperio Inca.

Conquista de Suramérica

Desde el istmo de Panamá, Francisco Pizarro y Diego Almagro tuvieron noticias de las riquezas que podían tomar los territorios Incas. Pizarro regresó a España para pedir capitulación a la Corona española; y en 1531, con una expedición de 180 hombres y 37 caballos inició la conquista del Perú. Al año siguiente, los españoles tuvieron el primer encuentro con Atahualpa, máxima autoridad Inca, en la región de Cajamarca, quién fue apresado y obligado a reunir todos los tesoros de su imperio. A pesar de haber reunido la recompensa, Atahualpa fue juzgado y ejecutado por los españoles.

 Tras la ejecución de Atahualpa, los españoles nombraron como máxima autoridad Inca a Manco Inca, quien fue manejado por los españoles a su antojo, hasta que este se reveló y con miles de hombres sitió a los españoles, que se encontraban en la ciudad de Cuzco. Pero la llegada de nuevas tropas españolas obligó a Manco a huir hacia las altas montañas.

 La huida de Manco Inca produjo la caída del Imperio Inca y el inicio del poder exclusivo de los españoles sobre este vasto territorio. Poco después, Pizarro fundó la ciudad de Lima, desde donde los gobernantes españoles administraron la extensa región andina.

El imperio Inca, cuya capital era Cuzco, se extendía por una gran parte de América del Sur en el siglo XV y primer cuarto del XVI. El imperio abarcaba unos 4.000 Km. por la costa occidental de América del Sur y comprendía desiertos costeros, elevadas montañas y zonas de jungla baja. Cubría la mayor parte del Perú moderno, parte de Ecuador y Bolivia, el Noreste de Argentina y la mayor parte de Chile.

Pachacutec, El Conquistador del Mundo

Fue él quien convirtió el estado Inca (uno más de los que existía en los Andes) en un gran y poderoso imperio. Ocupó el número 9 de la lista oficial (desde Manco Capac). En su gobierno de 33 años (?1438 - 1471?) organizó al estado Inca económica, política y socialmente para ser un imperio expansionista.

Pacahacute;c y su sucesor Tupac Yupanqui conquistaron una basta región en los Andes que comprende la costa y sierra del Perú, la sierra de Bolivia, parte de Chile, el noroeste argentino, Ecuador y algo de Colombia.

Los Incas en la Costa Central

A la vejez del Sapa Inca (emperador) Pachacute;c, nombró este a su hijo Tupac Yupanqui para sucederle. Estando en esta situación de correeinante, es que emprende la conquista de la sierra norte del Perú (Cajamarca) y la región de Cañar en Ecuador. luego regresó por la costa, conquistando al poderoso Estado Chimú, llegando después a la costa central, (la nación Ychma) a la ciudad de Pachacamac, la principal de esta región. 

Tal parece que la conquista de la nación Ychma fue pacifica, una suerte de alianza y vasallaje. Tupac Yupanqui mando construir en Pachacamac el "Templo del sol". Pirámide dedicado al control político y económico del nuevo estado conquistado.

Organización social

La sociedad Inca, fue jerárquica y rígida. Existieron grandes diferencias entre las clases sociales, siendo estas diferencias respetadas por todos los habitantes del Imperio. Las clases jerarquizadas formaban una pirámide donde el Inca, con todo el poder, se encontraba en la cúspide, mientras que el pueblo, que era la gran mayoría, constituía su base social.

La sociedad inca se hallaba dividida en dos grandes grupos. Un sector lo conformaban las familias de nobles, que eran consideradas las "más importantes" y tenían privilegios reconocidos por los otros miembros de la sociedad. Los miembros de este grupo, a su vez, se dividían en dos subgrupos: los que se decían descendientes de quienes habían conquistado y organizado el imperio, y los curacas, gobernantes de pueblos sometidos y sus descendientes, admitidos también como nobles, pero de menor importancia.

Los sectores nobles no tenían la obligación ni la necesidad de trabajar la tierra.

El otro grupo lo formaba la mayoría de la población, miembros de los pueblos aliados o sometidos, quienes se encargaban de realizar todos los trabajos necesarios para el mantenimiento de sus propios pueblos y familias y de la totalidad del imperio.

Entre los incas, los nobles podían tener más de una esposa. 

Vivían en palacios con muchas habitaciones, adornadas con lujos, y patios centrales en los que había fuentes para bañarse. Muchas de estas fuentes disponían de agua fría y caliente proveniente de los manantiales termales de las montañas. Los nobles de distinguían, también, por la ropa fina que usaban, confeccionada en lana de vicuña, tela que los demás tenían prohibido vestir.

En lo que respecta a su educación, sus hijos estudiaban con los "amautas", o sabios, que los preparaban para ser los futuros gobernantes, guerreros o sacerdotes del imperio.

En la sociedad inca, los descendientes de un mismo antepasado integraban un ayllu. Cada ayllu tenia un nombre propio y muchas de estas unidades, formaban una comunidad. El "ayllu real" era el de los nobles.

Religión

La religión y la superstición han estado constantemente presentes en todos los ámbitos del quehacer inca. En las leyendas de formación del Imperio Inca, se percibe una marcada diferencia sexual entre hombre y mujer. Eran politeistas(creían en varios dioses).

Cosmovisión

Tres mundos: superior, medio e inferor. Viracocha es el creador de estos. Estaba dividido en tres mundos: -Hanan Pacha o mundo de arriba: aquí se encontraba el sol, la luna, los astros, etc. -Hurin o Kay Pacha : mundo de aquí, se encontaban todos los seres vivos. -Uku Pacha o mundo de abajo: ahin se encontraban las almas de las personas.

Arquitectura

La arquitectura inca se caracteriza por la sencillez de sus formas, su solidez, su simetría y por buscar que sus construcciones armonicen el paisaje. A diferencia de sociedades costeñas como la chimú, los incas utilizaron una decoración bastante sobria. El principal material utilizado fue la piedra. En las construcciones más simples era colocada sin tallar, no así en las más complejas e importantes. Los constructores incas desarrollaron técnicas para levantar muros enormes, verdaderos mosaicos formados por bloques de piedra tallada que encajaban perfectamente, sin que entre ellos pudiera pasar ni un alfiler. Muchas veces esos bloques eran tan grandes que resulta difícil imaginar su colocación, las mejores muestras de esta habilidad se encuentran en la zona del Cusco. Se sabe que los mejores talladores de piedra eran collas, provenientes del Altiplano y que muchos de ellos fueron llevados al Cusco para servir al estado.

Astronomía

En la astronomía Inca destacó el Sol, y su culto, parece ser una constante en las culturas de la antigüedad, sin duda por el rol que el astro rey cumple en el "calendario agrícola". Los incas adoraban al Sol fundamentalmente para que les proporcionara abundantes cosechas. Era una fuerza dominante y un símbolo de prestigio y poder.

En el Perú el culto al Sol se oficializó debido a las invasiones incas. Estos, que adoraban al Sol al extremo de afirmar que los gobernantes eran sus hijos, llevaban su religión a todos los pueblos que iban sometiendo por medio de la guerra.

El Sol ("inti", en quechua), al que acostumbran representar por un gran disco de oro circundado de rayos, era adorado en templos cubiertos totalmente de oro, como lo era el Koricancha o "patio de oro" en la ciudad del Cusco. También se afirmaba que el maíz eran las lágrimas del Sol debido al color dorado que tiene el maíz seco. Por lo tanto se ofrendaba al Sol la bebida que se elaboraba con el maíz: la chicha.

El culto al Sol tenía su apoteosis en la Fiesta del Sol ("Inti Raymi" en quechua) que hasta ahora se reproduce, todos los 24 de junio, en la ciudad del Cusco.

Algunos cronistas afirman que los incas podían predecir eclipses.

Agrotecnia

Se estima que los incas cultivaron cerca de setenta especies vegetales, entre ellas, papas, camotes, maíz, ajíes, algodón, tomate, maní, oca y quinua.

Las principales técnicas agrícolas, en cuanto a la disposición de tierras fueron:
Andenes o Terrazas, para evitar la erosión y aprovechar las laderas y cerros
Waru waru, técnica en la que se araban surcos alrededor de los cultivos y se les llenaba de agua para crear un microclima más estable que el ambiente.
Pozas secas que se llenaban en época de lluvias. Era muy empleado en la costa. Se les llamaba simplemente lagunas (quchakuna).

También se resalta su técnica de mejoramiento de especies, supieron la mayor influencia de la temperatura del suelo que el del aire sobre las plantas, como lo atestigua el laboratorio de Moray.

La ganadería, en cambio, fue menos favorecida. Esto se debió a la escasa fauna andina. Utilizaron llamas como bestias de carga y alpacas como fuente de alimentos y vestimenta. La vicuña fue también muy apreciada. Se crió también el cuy, hasta hoy uno de los principales potajes de la gastronomía andina.

Matemática y escritura

En el ámbito matemático los Incas destacaron principalmente por la capacidad de cálculo en el ámbito económico. Si bien en el incario se desarrollaron importantes sistemas de medición, son más conocidos los quipus y yupanas, que representa la importante presencia matemática en la administración incaica. Los quipus que eran sistemas memotécnicos que consistían en tiras anudadas, sólo se anudaban los resultados de las operaciones matemáticas realizadas anteriormente en los ábacos o yupana.

Los cronistas españoles narran que los khipu kamayuqkuna leían en los nudos de los quipus la historia de los incas, relatando nacimientos, guerras, conquistas, nombres de los nobles y tiempos de tales eventos. "Son quipos unos memoriales o registros hechos de ramales, en que diversos ñudos y diversas colores significan diversas cosas. Es increíble lo que en este modo alcanzaron, porque cuanto los libros pueden decir de historias, y leyes, y ceremonias y cuentas de negocios, todo eso suplen los quipos tan puntualmente, que admiran".14 La escritura que subyace bajo los quipus aún no ha sido descifrada en la actualidad.


Creado por: Melvin Alexander Reyes Henríquez.

Los Aztecas

La cultura Azteca, a diferencia de las demás civilizaciones de Mesoamérica, iniciaron algo tarde su ascenso cultural, probablemente hacia el año 1325 ad. de C., cuando se establecieron en el Lago de Texcoco, en el cual iniciaron la construcción de la ciudad de Tenochtitlán, hoy ciudad de México. Los Aztecas habían sido una tribu guerrera y nómada de cazadores y recolectores, proveniente de la región semiárida del norte de México. En los siglos siguientes y hasta la llegada de los españoles, dominaron a los pueblos vecinos y construyeron un vasto imperio.

 Los Aztecas eran agricultores que distribuyeron la ciudad de Tenochtitlán en 20 clanes o calpullis que agrupaban a las familias en los 4 barrios de la ciudad. Cada capulli era relativamente autónomo de los otros, tenía sus propios símbolos sagrados, fiestas y tierras exclusivas para la producción, con las que cubría los gastos del templo. También tenía tierras para cubrir los gastos del palacio y de los sacerdotes, tierras de los jueces, tierras para los gastos de guerras, y las tierras privadas de los "nobles" y hombres ilustres, arrebatadas a los pueblos conquistado.

Casa Azteca

Vida social y cultural
Los aztecas fueron los que tuvieron una marcada estratificación social piramidal. En la cúspide se encontraban los señores "nobles" e ilustres junto con los sacerdotes, seguidos de los guerreros y los mercaderes. En la base de la pirámide social se encontraban los labradores que usufructuaban la tierra en forma comunal, y los esclavos por deuda, como pena impuesta por un delito o por haber sido prisionero de guerra.
Creencias Religiosas
Los aztecas provocaban las llamadas guerras floridas, para lograr prisioneros de guerra que eran ofrecidos a los dioses, creyendo que la sangre de los sacrificios daban fuerza al Sol, para seguir su camino en la noche y aparecer de nuevo en el horizonte. 

  
Esta piedra de 4 metros de diámetro es la mayor escultura azteca jamás encontrada. En el centro de la piedra se encuentra la cara del sol. Esta escultura se conoce también con el nombre de "Calendario Azteca". De hecho, representa la creencia azteca de que el universo había pasado por cuatro mundos anteriores que habían sido destruidos. Ahora nos encontramos en el quinto mundo, condenado a ser destruido por terremotos. De acuerdo con la mitología azteca, el sol, la luna y los seres humanos fueron creados con éxito al principio de la quinta era.
Fundación de Tenochtitlan
En aquel islote fue donde, según la historia, vieron la señal expuesta por Huitzillopochtli: el águila devorando una serpiente sobre un nopal y empezaron a edificar Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro grupo mexica se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco en 1357. Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al señor de Azcapotzalco, pagando en los primeros años tributos muy onerosos.

Ténoch conservó la suprema autoridad hasta su muerte en 1369. Dos años antes, en 1367, los mexicas conquistaron Culhuacan en provecho de Tezozómoc (señor Tepaneca, vecino de Huejotzingo y Tlaxcala), y los señores que allí reinaban encontraron asilo en Coatlichan. A la muerte de Ténoch, algunos nobles mexicanos fueron a solicitar a Coatlichan que un príncipe culhua, llamado Acamapichtli, viniese a residir en México, aunque todavía no con la calidad de rey, que sólo tuvo a partir del año de 1376.

Tezozómoc estimó conveniente convertir a los mexicas de soldados mercenarios en socios de sus empresas de conquista. Así, después que los Tenochcas conquistaron Culhuacan en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca en 1371, alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco y Tenochtitlan: el primero, en 1375, con Cuacuahpitzáhuac como rey, hijo de Tezozómoc, quien gobernó hasta 1409 o 1418; el segundo, en 1376, cuando subió al trono Acamapichtli, descendiente de los antiguos señores toltecas de Culhuacan, lo cual habría de inducir a los Tenochcas a considerarse corno herederos de las posesiones que habían pertenecido al imperio de Tula.

Gracias a las conquistas de Acarnapichtl; -Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac (1393)- quedó en poder de Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el señorío de Amecameca, aliado suyo. El último terreno que cayó en manos del señor tenochca fue el importante y extenso señorío de Cuernavaca, que se prolongaba hacia el sur, probablemente hasta el río Balsas, en el que abundaba el algodón, que ahora afluyó al Valle de México, utilizándosele para la fabricación de telas.

Acamapichtli falleció en 1396; le sucedió su hijo Huitzilihuitl (1397-1417), quien engendró un vástago, Moteczuma llhuicamina, con la hija del señor de Cuernavaca, en 1398.

Huitzilíhuitl derrotó a los xaltocameca en 1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatió a los de Tetzcoco en compañía del señor de Tlatelolco y de otros vasallos de Tezozómoc. Se convirtió en un auxiliar tan valioso para Tezozómoc, que éste le dio en matrimonio una hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca, quien sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en 1417, cuando apenas tenía 12 años.

A medida que Tezozómoc asoció más estrechamente en sus empresas a sus vasallos mexicas, fueron disminuyendo los onerosos tributos que al comienzo les impuso hasta que, cuando Chimalpopoca subió al trono, por afecto a él, suprimió esas cargas y permitió que los Tenochcas gozaran de una situación de privilegio, cosa que disgustó a una parte considerable de los tepanecas.

En 1418 Tezozómoc y sus aliados mexicas conquistaron Tetzcoco, ciudad que entregó aquél dos años después a Chimalpopoca. El tirano de Azcapotzalco, que murió en 1427, parece haber escogido como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano mayor de éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco después, al saber el usurpador que Chimalpopoca conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo. Consideró esto el señor de Tenochtitlan como una terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte. Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y medio hermano de Huitzilihuitl. 

Mientras tanto, Nezahualcóvotl que, tras la pérdida de su trono de Tetzcoco en 1418, había vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos señores trabó amistad, consiguió ayuda militar de ellos y celebró una alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento que guardaban los Tenochcas por los agravios que Maxtla infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a Azcapotzalco en 1428, merced a la ocupación previa de Tacuba que sirvió como "cabeza de playa" para el ataque de la capital tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a Coyoacan, lugar donde había gobernado antes de convertirse en señor de Azcapotzalco, luego a Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió en 143l.

Aunque había caído la capital de los tepanecas, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados ahora con el señor tepaneca de Tacuba, tuvieron que continuar luchando contra varios señoríos que habían formado parte de aquel imperio, y por eso les fue preciso llevar al cabo numerosas conquistas como la de Xochimilco en 1430 y la de Tetzcoco en 1431. En este año recuperó Nezahualcóyotl su trono y tres años más tarde se constituyo la Triple Alianza integrado por los señores de Tetzcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que, de común acuerdo, se repartieron los territorios hasta entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de que los señoríos que posteriormente dominasen deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Tetzcoco, otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a Tacuba.


Esplendor del Imperio Azteca
En 1473 tuvo una guerra con Moquíhulx, último soberano de Tlatelolco, quien había estado conspirando para formar una coalición contra los Tenochcas integrado por varios señores de los valles de México y Toluca. Denunció el complot a Axayácatl una hermana suya casada con Moquíhuix, ofendida por el abandono en que éste la tenía a causa de la preferencia que daba a otras mujeres. Sabedor de lo que contra él se tramaba, el rey tenochca atacó de improviso a los tlatelolcas, que se defendieron obstinadamente en su último reducto, el templo mayor. Moquíhuix pereció en la lucha y los tlatelolca quedaron sin soberano propio, obedeciendo desde entonces al de Tenochtitlan, hasta que se restauró la monarquía tlatelolca en 1515 con Cuauhtémoc, quien, años después, gobernó también en Tenochtitlan.

Resentido Axayácatl, por haber conspirado con Moquíhuix algunos de los señoríos independientes matlatzincas, otomíes y mazahuas del valle de Toluca, corno los de Toluca, Xocotitlan y Xiquipílco, los atacó y conquisto tras ardua contienda en 1480. Enseguida se enfrentó a los tarascos en los confines de los Estados de México y Michoacán, pero éstos acometieron con tal ímpetu desde las fortificaciones hechas de madera que tenían en Tajimaroa (Ciudad Hidalgo), que derrotaron al ejército mexica. Por primera vez encontraban los Tenochcas un enemigo irreductible. Para atajar la expansión de los tarascos en Guerrero, que ocupaban ya las tierras bajas de Michoacán y de la cuenca del Balsas, se adueñó Axayácatl de Oztuma en el noroeste de dicho Estado y estableció allí una guarnición. Realizó también otras conquistas de regiones situadas al norte del Balsas, cuya subyugación, iniciada por ltzcóatl, había sido proseguida por Moteczuma.

Aunque alguna fuente histórica atribuye a Axayácatl la conquista de Oaxaca, en realidad esta codiciada prenda cayó en poder de los mexicas bajo el reinado de Ahuízotl.

En 1479 se dedicó la "Piedra del Sol" o "Calendario Azteca", porque en ese año, equivalente en la cuenta indígena a 13 ácatl, se conmemoraba la creación del quinto sol, ocurrida en ese mismo signo.

Dos años después falleció Axayácatl y le sucedió su hermano Tizoc quien sólo gobernó cinco años, ya que murió envenenado en 1486. A pesar de que se le ha pintado como un rey cobarde, emprendió conquistas importantes, como la de la región de Nauhtla, Veracruz, efectuada coordinadamente con Nezahualpilli, hijo y sucesor de Nezahualcóyotl y también la reconquista de Yanhuitlan, Oaxaca. Además, en la "Piedra de Tízoc" aparecen otras victorias suyas, solo que en su lugar, como vencedor, figura el dios Tezcatlipoca.

Bajo Ahuízotl, sucesor y hermano de los anteriores, alcanzó el imperio mexica su máxima expansión. Como después de la gran hambre de 1450-54 cada nuevo soberano tenochca, al ascender al trono, iniciaba una campaña contra señoríos aún sin someter, para agregar más territorios al imperio y obtener suficientes cautivos con qué propiciar a los dioses, y como se acercaba además la dedicación del Templo Mayor, erigido en honor a Huitzillopochtli, se requerían numerosas víctimas. Para obtenerlas Ahuízotl hizo la guerra a los huastecos de la provincia de Xiuhcóac o Tziuhcóac (llamado por los españoles "Cicoaque"), y después a los zapotecas, logrando conquistar todo el valle de Oaxaca. De ambos sitios obtuvo innumerables prisioneros. Con el holocausto de no menos de 20,000 se solemnizó en 1487 la dedicación del Templo Mayor de Tenochtitlan. Aterrorizados ante el relato de esta hazaña inaudita, los habitantes de los más remotos confines de Mesoamérica, temblaron ante la posibilidad de que de entre ellos se reclutasen las próximas víctimas y el nombre del fiero monarca tenochca inspiró un pavor tal que todavía hoy se llama "ahuizote" a alguien a quien se teme constantemente o que produce una molestia continua.

Ahuízotl se lanzó de nuevo sobre los paraísos veracruzanos arrasando y diezmando pueblos que se habían rebelado. A las provincias asoladas se llevaron colonias mexicas que reforzaron el predominio de la lengua nahua. Sojuzgó también este rey la mayor parte del Estado de Guerrero, extendiendo los dominios de su imperio hasta la desembocadura del Balsas.

En 1486 las huestes mexicas se apoderaron del valle de Oaxaca y, siguiendo la ruta de la actual carretera, sometieron a Tehuantépec en 1498. Continuaron su marcha victoriosa por la costa del Soconusco hasta apoderarse de la actual población guatemalteco de Ayutla. La penetración de los "pochtecas" o comerciantes por tierras centroamericanas es prueba de que preparaban una próxima agresión, y es seguro que el sucesor de Ahuízotl se proponía conquistar a los quichés y cakohíqueles cuando llegaron los españoles. Un golpe en la cabeza contra un dintel de piedra al tratar de escapar de una inundación que se produjo en Tenochtitlan en 1502 causó la muerte al más temible conquistador mexica. Con él terminó la etapa de los grandes caudillos militares y se inició la de un monarca a punto de ser divinizado. 

Le sucedió Moteczuma II Xocoyotzin, originalmente sacerdote modesto y humilde muy versado en su religión, a quien el poder ensoberbeció pronto y convirtió en una especie de sátrapa oriental. A él tocó sofocar serias rebeliones en La Míxteca y conquistar allí regiones que nunca antes habían sido sometidas. También bajo su reinado disminuyó aún más el poder de Tetzcoco que había empezado a declinar a la muerte de Nezahualcóyotl. El hijo de éste, Nezahualpilli, que heredó el trono a los ocho años de edad, quedó bajo la tutela de Axayácatl, y desde entonces los Tenochcas se consideraron como tutores de los tetzcocanos. Cuando llegó el momento de elegir sucesor, Moteczuma impuso a Cacamatzin, en 1516.

Moteczuma murió en 1520. Su imperio abarcó casi todo Veracruz, Puebla, Hidalgo, México, Morelos, gran parte de Guerrero y Oaxaca y las costas de Chiapas. Todo este territorio -más el reino tarasco- constituyó el núcleo de lo que fue la Nueva España y es hoy la República Mexicana. Dentro de aquél estaban enclavados, como señoríos independientes, Tlaxcala, Meztítlan, Yopitzingo y Tututépc.

Manifestaciones artísticas desarrolladas por los aztecas
Las manifestaciones artísticas aztecas forman parte de las más importantes entre las culturas precolombinas. Casi todas las obras tienen un carácter social, esto significa que el arte estaba al servicio del Estado, un lenguaje utilizado por la sociedad para transmitir su visión del mundo y reforzar la identidad del pueblo mexica. Así mismo, y dada la importancia de la religión en la sociedad, muchas de las manifestaciones artísticas tienen componentes míticos.

De marcado componente político-religioso el arte azteca se expresa a través de la música y la literatura, pero también de la arquitectura y la escultura, valiéndose para ello de soportes tan variados como los instrumentos musicales, la piedra, la cerámica, el papel o las plumas.

La escultura aparece generalmente asociada a los grandes edificios y es sumamente monumental y realista. La mayoría de las piezas representan a dioses, mitos, leyendas y gobernantes.

La escultura en piedra de pequeño tamaño tuvo también una gran importancia. Suele representar lo cotidiano, reproduciendo, generalmente, animales, personas y objetos comunes. Algunas piezas conservan restos de pintura e incrustaciones realizadas con piedras diferentes.
Aunque los aztecas no llegaron a ser tan buenos orfebres, produjeron trabajos de gran elaboración con oro y plata. Sobre todo hicieron piezas de joyería, aunque también se han encontrado algunos recipientes y figuras unidas. Los metales se combinaron con piedras preciosas como el jade, amatista y turquesas. Los aztecas desarrollaron otras expresiones artísticas características, como la elaboración de mosaicos de plumas. Es destacable el tocado de Moctezuma, hecho con plumas de quetzal y adornos de oro.
La manifestación artística más difundida fue la cerámica, sobre todo la temática religiosa y entre las que destacan figurillas femeninas de fertilidad y representaciones de dioses.

Por lo que sabemos existió gran variedad de instrumentos musicales de los que sirvieron para realizar escalas pentatónicas (de cinco tonos) y, en ocasiones, de seis, siete o más tonos.

Creado por: Melvin Alexander Reyes Henríquez.

jueves, 26 de febrero de 2009

COSMOLOGÍA MAYA


Junto al desarrollo de ciencias exactas como la astronomía y las matemáticas, y de artes como la arquitectura, los mayas crearon una explicación sobre el origen del mundo, la forma del universo y las deidades que lo habitan. 

  Esta manera de interpretar el cosmos y de vincularse con él determina la vida cotidiana y da respuestas a las interrogantes místicas y religiosas de la comunidad. Define, asimismo, lo sacro y lo profano, el pasado, presente y futuro, y el papel de cada persona. Incluye a dioses benévolos y malignos, remotos y cercanos. Se ocupa también de la muerte, la estancia en el más allá y la reencarnación. 

  Estamos, pues, ante una cosmovisión que atribuye a divinidades la clave de todo.

LA FORMA DEL UNIVERSO
Gráficamente, el universo maya es un cuadrado plano delimitado por un lagarto cuyo cuerpo está cubierto de símbolos planetarios. Dentro de este cuadrado se ubican los tres niveles cósmicos: el cielo, Caan; la tierra, Cab; y el inframundo, Xibalba. Del centro de la tierra nace una gran ceiba, cuyo tronco y ramas sostienen el cielo y cuyas raíces penetran en el inframundo.

  Cada una de las esquinas del cuadrado representa un punto cardinal, y a cada uno le ha sido asignado un color. Al norte le corresponde el blanco; al sur, el amarillo; al este (el punto más importante para esta civilización), el rojo y al oeste, el negro. Los mayas conciben un quinto punto cardinal, el centro, al que se le asigna el color verde. 

  En cada una de las primeras cuatro direcciones, exactamente en los ángulos, habita un Bacab o dios cargador, cuya misión es sostener con las manos en alto una parte del universo. De los bacabes depende que las estrellas, los planetas y demás cuerpos celestes permanezcan eternamente en su sitio.
EL CIELO
El Caan o cielo, así como los dioses que en él habitan, representa para los mayas la paz, la bondad y la luz. Es el género masculino del universo, y de su unión con la tierra, la parte femenina, nació la vida en el mundo. Al Caan suben, ya muertos, quienes hayan llevado una vida recta, al igual que los hombres fallecidos durante batallas y las mujeres que mueren al dar a luz. Para llegar al cielo ascienden por el tronco y las ramas de la ceiba, el árbol sagrado entre los mayas.

 
Chac, dios de la lluvia.
El Caan se divide en trece niveles, representados con una pirámide de seis escalones que inician en el este y llegan hasta un séptimo ubicado en el cenit; desde aquí, otros seis escalones descienden por el oeste. En cada uno de estos niveles gobiernan los Oxlahuntikú, los trece dioses del mundo superior, considerados también un solo dios. No se conocen todos sus nombres ni sus glifos representativos. Lo que ha podido descifrarse indica que estos dioses celestes se interrelacionan tanto con los habitantes de la tierra como con las deidades del inframundo.

  Por encima de ellos, habitando el séptimo nivel, está Hunab Ku, la divinidad creadora, quien por ser incorpóreo carece de representación gráfica. En la antigüedad, si alguna ceremonia se organizaba en su honor, ésta corría a cargo de la clase sacerdotal, cuyos ritos eran prácticamente desconocidos por los mayas comunes.

  Itzam Ná, señor de los Cielos e hijo de Hunab Ku, es quien preside la sociedad divina. Como deidad celeste proporciona las lluvias; en su carácter terrenal constituye el suelo fértil para la siembra. Al igual que la mayoría de los dioses mayas, Itzam Ná es cuatro dioses en uno, cada cual con su color y su orientación: el Itzam Ná rojo en el este, el blanco en el norte, el negro en el oeste y el amarillo en el sur. Se le atribuyen, asimismo, diferentes advocaciones; es el dios de la medicina, de la tierra y el fuego, e inventor de la escritura y de los libros. En la antigüedad se lo invocaba, mediante rezos y ceremonias, a fin de pedirle dos favores fundamentales: que evitara las calamidades públicas y que enviara la lluvia necesaria para una buena cosecha.

  Compartiendo el cielo con Itzam Ná, de menor jerarquía que éste pero muy importantes para los mayas, existen una serie de dioses que rigen diversos aspectos de la naturaleza. Encabezando a estas deidades está Kinich Ahau, el dios Sol, que los antiguos mayas representaban como un joven apuesto o como un anciano de prominente nariz, dualidad también presente en sus advocaciones. Se trata de un dios benévolo durante su cotidiano viaje por los trece niveles superiores, y de un dios maligno cuando por las noches penetra a la región del inframundo.

  La compañera del Sol se llama Ixchel, diosa de la Luna. Se la considera deidad de la procreación, la medicina, el tejido, el canto y los nacimientos. Su morada es el cielo, en donde habita casi siempre en paz con su cónyuge. Los pleitos entre ambos, sin embargo, provocan alteraciones cósmicas; los eclipses, por ejemplo. Ixchel se relaciona igualmente con los cuerpos de agua: lagos, lagunas, ríos subterráneos e inclusive el mar son sus moradas, por lo cual recibe títulos como Dama del Mar o Ella en Medio del Cenote.

  Noh Ek, nombre maya que significa gran estrella, y Xaman Ek, estrella del norte, son dos deidades del cielo que influyen, aunque en forma menor, en la vida diaria. El primero es el dios del planeta Venus, a quien se relaciona con la buena cacería; el segundo, el dios de la Estrella Polar, deidad benévola a quien se encomendaban los marinos al navegar de noche.

  El cielo maya es igualmente la morada de Chaac, el dios de la Lluvia. Se trata de una deidad benévola, asociada con la creación y la vida. También está formado por cuatro dioses en uno, encabezados por Kunku Chaac, el dios Rojo del Poniente. Sus funciones consisten en provocar los relámpagos y la lluvia, indispensable para una buena cosecha.

  La creencia en Chaac es una de las que sobreviven con mayor fuerza en la religión de los mayas actuales. En todo el Mundo Maya realizan ceremonias y dedican ofrendas a la deidad de la lluvia, cuando año tras año oran para que dé fin la temporada de sequía. Finalmente, está Kukulcán, la Serpiente Emplumada, un dios dual que representa a la tierra y su deseo por ascender al cielo, y el mismo cielo que desciende a la tierra. El caos se armoniza en él porque Kukulcán es la reunión de los opuestos.
LA TIERRA
Los mayas afirman que la superficie de la tierra es el lomo rugoso de un gran reptil. Y dado que los reptiles son considerados animales divinos, la tierra en sí misma constituye una deidad. De acuerdo con esta idea, los mayas habitan en un dios, quien les proporciona lo necesario para subsistir: el alimento y el agua, así como lo indispensable para vestir o construir un techo.
Itzam Cab Ain, Lagarto de la tierra

  De todo lo que la tierra produce, hay para los mayas una planta que representa la vida misma, por lo que se le atribuyen propiedades de deidad. Es el maíz, materia prima que, según el Popol Vuh, libro sagrado escrito en el siglo XII, los dioses originales utilizaron para crear al hombre, después de dos intentos fallidos con barro y madera: de maíz estamos hechos los seres humanos, y nos seguimos conservando de maíz al ingerirlo.

  En la superficie de la tierra viven los Tzultacah, dioses cuyo nombre significa montaña-llanura. Su número es indeterminado, aunque en algunas plegarias se los invoca como los Trece Tzultacah. Cada una de estas divinidades es dueña de una determinada elevación, en cuyo interior habita. Para los mayas existen Tzulta cah machos y hembras, quienes llevan una vida casi mundana: se enamoran, se casan entre sí e inclusive se dejan por otro; y las fiestas que celebran en el interior de la tierra pueden ser tan excesivas que causan el desborde de los ríos y las consecuentes inundaciones.

  Sin embargo, los Tzultacah protegen al hombre: cuidan sus cosechas, vigilan al ganado y, como propietarios de las presas de caza, las sueltan a discreción para que los hombres logren una buena cacería. A cambio, las montañas en las que habitan los dioses son recipientes de ofrendas y oraciones, y en algunos casos de la sangre de pequeños animales sacrificados.

  Los antiguos mayas compartían la misma concepción del universo, en el sentido de que, fuera cual fuera la actividad que se realizara, tenía el objetivo último de agradar a los dioses y de mantener el equilibrio natural del entorno. A cambio, las deidades los protegían y ayudaban a llevar a buen término las actividades comunitarias.

  Hoy, como ayer, existe la creencia de que la rectitud, la bondad, la lealtad, las abstinencias de placeres físicos, el cuidado de los hijos y de la milpa, la fidelidad y el respeto a la naturaleza, conducen a alguno de los trece niveles del cielo, donde por un tiempo se disfrutan paz y descanso. Quienes actúen de manera contraria están destinados a pasar una prolongada estancia en el mundo inferior, convertidos en perros o mulas que trabajan sin cesar, hasta que su alma regrese a la tierra en busca de una nueva oportunidad.
EL INFRAMUNDO
Temido y respetado entre los mayas, el inframundo es un sitio compuesto por nueve niveles de tinieblas, donde habitan seres que viajan constantemente a la tierra sólo para hacerle daño a los humanos. Dentro del contexto del universo, se lo representa como una pirámide invertida, con cuatro escalones que bajan del lado oeste—hasta un quinto donde se ubica la sima del mundo inferior—y cuatro escalones más que ascienden por el este.
Ek  Chuah, dios de la guerra

  Para los mayas, todo ser humano tiene que pasar por el inframundo al morir. Es un viaje largo y peligroso, por lo que cuando alguien fallece se colocan dentro de la sepultura un par de zapatos nuevos, algunos palos para defenderse de los animales salvajes y algo de alimento, maíz sobre todo, que ayude a soportar el trayecto. Durante la travesía, hay que cruzar lagos y ríos, lo cual sólo se logrará con la guía de un perro. Esta creencia de que los perros son los mejores aliados para llevar a buen término el viaje está presente entre los tzotziles, tzeltales y lacandones de Chiapas, México.

  Los nueve niveles del inframundo son regidos por los Bolon Ti Kú, nueve deidades en una que gobiernan como señores de la Oscuridad. En el quinto nivel, el más profundo de todos, reina Ah Puch, el dios de la Muerte. Se lo representa con una calavera que lleva las costillas visibles y una parte de la columna vertebral expuesta. En todas sus versiones porta cascabeles. Ayudándolo en las labores malignas está el dios Jaguar, animal sagrado y temido por los mayas. Su piel manchada simboliza la bóveda celeste llena de estrellas, y su misión en el mundo de las tinieblas es transportar al Sol durante el cotidiano viaje nocturno.

  Mientras esto sucede, el cielo y el inframundo viven en perpetuo antagonismo. Los trece dioses superiores entran en combate con los nueve inferiores, y el enfrentamiento entre el bien y el mal produce los fenómenos naturales sobre la tierra. Los dioses benévolos son responsables del trueno, el rayo y la lluvia; para contrarrestarlos, los dioses malignos, que desean la muerte y la destrucción, causan sequías, huracanes y guerras.

  La responsabilidad del pueblo maya es mantener el equilibrio entre ambas fuerzas, para lograr la armonía en la tierra. Por ello, las acciones de su vida se rigen por la cosmogonía, que les dicta rendir culto a los dioses malignos para aplacar su furia, lo mismo que hacer ofrendas y sacrificios a las deidades bondadosas para continuar recibiendo sus favores. Sólo así se mantiene el orden cósmico, objetivo final de cada uno de los actos, avances y logros de esta civilización.
Creado por: Melvin Alexander Reyes Henríquez.




viernes, 13 de febrero de 2009

Organización económica


Siendo la agricultura una actividad central en la vida de los mayas, se ha especulado mucho sobre las técnicas agrícolas que utilizaban con más frecuencia en la época prehispánica; si las de tipo extensivo, como el sistema de roza-tumba-quema, o las de tipo intensivo, como el riego y las terrazas. Hay evidencias de que combinaban ambas técnicas con otras alternativas, como la recolección, las huertas domésticas, los camellones o campos levantados, la arboricultura, la caza y la pesca. Es importante recordar que fue principalmente la selva tropical el tipo de ecosistema en el que los mayas vivieron y del cual obtuvieron su alimento. Sin embargo, las características del trópico varían mucho y es posible que las diferencias en clima, suelo y vegetación determinaran la explotación de los recursos naturales y el tipo de sistema agrícola utilizado. Las técnicas debieron, pues, adaptarse a la cantidad y calidad de la tierra disponible, al tipo de cultivos y a diversos factores socioeconómicos.

Comercio

El comercio fue indispensable para la economía, ya que en el área geográfica maya proveía grandes productos, pero los limitaba de otros. Durante el clásico se desarrollaron grandes mercados en las urbes que se llamaban p'polom. Tras la reorganización social de finales del postclásico no se desarrollaron los tianguis. Entre los mayas, los comerciantes hacían largos y exhaustivos recorridos para poder abastecer a pequeños comerciantes quienes distribuían de casa en casa los artículos exclusivos de ciertas zonas como el Jade, del Valle del motagua, en Guatemala, la indipensable Obsidiana de las fuentes del altiplano de Guatemala como El Chayal e Ixtepeque,las prestigiosas plumas del Quetzal, de los Bosques Nubosos de Guatemala, algodón del noreste, las conchas y el pescado de las costas. También la sal del norte,y de fuentes del río Chixoy en Alta Verapaz el cacao de Tabasco, Guatemala y Honduras y el pedernal de la zona Puuc. El Arte también se convirtió en un objeto apreciado entre los nobles, y las Cerámicas Policromas de lugares como Chamá y Nebaj en el altiplano de Guatemala se distinguieron por sus finas obras que se han enconrado en muchos sitios distantes. Los grandes comerciantes adquirían gran prestigio y fama entre la nobleza maya y en algunas ocasiones eran reclutados como espías del rey.

Moneda

No existían monedas para el comercio, solamente el trueque y en ocasiones se utilizó el cacao como tal. Aunque no había un valor exacto, un conejo valía 10 semillas. El cacao conservó sus usos económicos durante un breve periodo del dominio español: El 17 de junio de 1555, por orden del Virreinato de la Nueva España, el cacao pudo ser intercambiado con monedas europeas al equivaler un Real español a 140 semillas de cacao, en 1575 bastaban 100 semillas de cacao para un real y al final de ese siglo eran 80 por un real. peor sin embargo las semillas se sacaban.

Creado por: Herberth Gustavo Samayoa.

Estructura de la civilización maya

Organización social

La sociedad maya estaba organizada sobre la base de una marcada estratificación social, a la cabeza de la cual se encontraba la nobleza, los almenehoob ("los que tienen padres y madres"). Este grupo privilegiado monopolizaba el poder y la autoridad al ostentar los puestos políticos y religiosos. El gobernante supremo de la provincia era, como ya vimos, el Halach Uinik (o Halach Wíinik) en quien residía el poder absoluto sobre los asuntos terrenales y espirituales. Se le llamaba también Ahau; sus emblemas eran el escudo redondo y el cetro en forma de figura antropomorfa con cabeza de serpiente. El cargo de Halach Uinik era hereditario dentro de una sola familia, y pasaba del padre al hijo mayor.

El Halach Uinik era, al mismo tiempo, el Batab o jefe local de la ciudad en la que vivía, y tenía bajo su mando al resto de los bataboob o jefes locales de las poblaciones que conformaban la provincia. Como jefe supremo, recibía tributo, convocaba a los guerreros y formulaba la política.

En la guerra cada Batab comandaba a sus soldados, pero existía un comandante militar supremo llamado Nacom, que desempeñaba el cargo durante tres años y respondía directamente ante el Halach Uinik.

Después de los bataboob estaban los Ah Cuch Caboob, quienes administraban los barrios en los que se encontraba dividida la ciudad. Un cargo similar era el de los Ah Kuleloob, delegados que acompañaban al Batab, sirviéndole de ayudantes, portavoces y mensajero. Encontramos también a los funcionarios encargados de las cuestiones sociales y ceremoniales, llamados Popolna y Ah Holpop. Finalmente, la categoría más baja de funcionarios era la de los Tupiles, que hacían las veces de "alguaciles" o policías, manteniendo el orden y vigilando el cumplimiento de la ley.

El grupo de los sacerdotes, llamados genéricamente ahkincob (singular: Ahkin), tenía la misma categoría que los jefes o Bataboob. El "sacerdocio" también era hereditario y privativo de unas cuantas familias de la nobleza. El supremo sacerdote recibía el nombre de Ahuacán, que significa "señor serpiente". Sus actividades se relacionaban con el ritual, los sacrificios, la adivinación, la astronomía, los cálculos cronológicos, la escritura jeroglífica, la educación religiosa y la administración de los templos.

Debajo del Ahuacán estaban los sacerdotes llamados Chilames o adivinos, destinados a interpretar los designios que los dioses enviaban a los hombres a través de los oráculos. El encargado de llevar a cabo los sacrificios rituales y abrir el pecho de la víctima para sacarle el corazón era el Nacom, que no debe confundirse con el jefe militar a quien también se le llamaba así. Le ayudaban cuatro asistentes llamados Chacoob, quienes, además de sostener a la víctima, tenían otras funciones, como la de encender el fuego nuevo en el mes de Pop, ayunar y untar de sangre a los ídolos que recién se habían esculpido en el mes de Mol.

Por su condición de nobles, los mercaderes fueron aliados poderosos de los jefes militares, ya que les informaban sobre las rutas y las posibilidades económicas y defensivas de otros pueblos.

Aunque, en general, toda la tierra era propiedad comunal y pertenecía a los pueblos, los nobles tenían mayor acceso al producto de la tierra (los frutales, las plantaciones de cacao y las salinas), no la poseían ni la trabajaban: lucraban con el trabajo de los agricultores. Éstos recibían también el pago de tributos, consistentes generalmente en productos de la caza y la pesca, cultivos de la milpa, miel, mantas de algodón y servicio personal.

Debajo de este complejo estrato que era la nobleza, estaba el pueblo, la gente común llamada Yalba Uinikoob ("hombres pequeños"), Chemal Uinicoob, Memba Uinicoob o Pizilcan, todos ellos plebeyos. Estos nombres significan lo mismo que el término náhuatl Macehual, frecuentemente utilizado en la época colonial.

La "gente común" era la más numerosa y comprendía a los campesinos, pescadores, leñadores, aguadores, albañiles, artesanos, canteros, tejedores, cargadores, etcétera. El pueblo era el que cultivaba el maíz y producía los alimentos para sí mismo y para la clase noble. También era el que cortaba, cargaba, labraba y esculpía las piedras que conformarían los grandes edificios, el que construía las calzadas y los templos, el que decoraba sus fachadas con pinturas y mosaicos, y el que con su tributo en especie y en trabajo sostenía a la clase privilegiada.

Por debajo del pueblo se encontraba el último peldaño en la escala social: los esclavos, (ppentoc, masculino y munach, femenino). Eran, en su mayor parte, individuos capturados en la guerra o bien esclavizados por algún delito. También se podía nacer esclavo o convertirse en tal al ser vendido en el comercio o al quedar huérfano.

Creado por: German A. Rivera M.

martes, 10 de febrero de 2009

El 2012 en el calendario Maya.

Creado por: Melvin Alexander Reyes Henríquez

sábado, 7 de febrero de 2009

Principales grupos o tribus mayas.

Entre los mayas existieron diferentes tribus que se agrupaban de acuerdo a sus actividades productivas afines o de acuerdo a sus linajes o genealogías. Las tribus más conocidas fueron:

Itzá: Adquirieron su nombre probablemente en honor a Itzamná (Substancia del Cielo o Rocío de las Nubes), ya que él guió a los itzáes; y es considerado como el forjador de la cultura maya peninsular. La tradición oral indica que Itzamná (también llamado Zamná) fue quien puso nombre a toda cosa, descubrió las virtudes medicinales de las plantas; inventó el alfabeto y los jeroglíficos mayas. A su muerte fue deificado por su pueblo, que le erigió algunos templos; se dice que fue sepultado en las pirámides de Izamal.

Xiu: Se establecieron en el noreste de Campeche, noroeste de Yucatán y oeste de Quintana Roo. Entraron a la Península de Yucatán por el sur, fundaron la esplendorosa ciudad de Uxmal que fue capital de su reino. Llegó a existir una época donde guerrearon con los itzaes hasta que llegó el príncipe Kukulk án y puso paz entre las tribus, fundando la nueva capital de Mayapán (Bandera de los Mayas). Su gobernante más destacado fue Ah Mekat Tutul Xiu procedente de Nonohual, (987 a 1007) y éste, junto con los itzaes fundaron la Liga o Confederación de Mayapán, que incluyó a los señoríos de Chichén Itzá, Uxmal, Mayapán, Itzamal, Tulum, Ichpatún y otros. Esta alianza existió desde el periodo 987-1007 hasta el de 1175-1185, pues en 1194 los itzaes abandonaron nuevamente Chichén Itzá para ir a establecerse en el Petén. La fundación de Mayapán fue en el año 1047 y fue destruida en 1254. Ésta acaeció porque, habiéndose enamorado los señores o príncipes de Chichén Itzá y Mayapán de la misma doncella, se hicieron la guerra, y el de Mayapán, auxiliado por soldados mexicas, destruyó a Chichén y a Izamal. Un descendiente del último rey de Mayapán fue a fundar otro lugar, que llamó Tibolón, donde brevemente gobernaron los cocomes, otra tribu maya que conocieron los primeros exploradores españoles del siglo XVI. Los últimos descendientes de los xiús se asentaron en Maní, adoptándola como capital de cacicazgo.

Cocom: Se establecieron primordialmente en el norte de Quintana Roo y noreste de Yucatán. Los cocomes ejercieron la hegemonía hasta el período 1441-1461, en que fueron derrotados por los descendientes de los itzáes, esta vez auxiliados por xiús. Entre 1461 y 1500 aparecieron los cacicazgos, pequeños dominios sin unidad ni autoridad común, cuya población fueron diezmando las epidemias, los huracanes y las guerras que se hacían entre sí, estimuladas por la rivalidad irreconciliable de los xiús y los cocomes. Su gobernante más destacado fue Hunacc Ceel. Los últimos descendientes de los cocomes se asentaron en Sotuta, adoptándola como capital de cacicazgo. 

Putún: Algunas investigaciones indican que provenían de Campeche y su cacicazgo se llamaba Champotón. 

Chontal: Se establecieron en la planicie de Tabasco conocida como La Chontalpa.
Zoque: Se localizaban en la Chontalpa; y en el oeste y norte de Chiapas.
Tzotzil: Se asentaron en el centro y este de Chiapas. 
Tzeltal: Se asentaron en el centro y este de Chiapas.
Lacandón: Su núcleo inicial fue en la mítica Lacan-Tún en Chiapas (centro y este). 
Quiché 
Cakchiquel 
Pokomam 
Chortí 
Creado por:Javier Isaac Trigueros Ibarra.

domingo, 1 de febrero de 2009

Ciencia Maya

Matemáticas
En lugar de diez dígitos como hacemos hoy día, el sistema matemático maya tiene 3 símbolos y la base de 20. (vigesimal).

Por ejemplo 32 está formado por 3*10 +2. En el sistema Maya, éste estaría 1*20 +12, porque usaban el 20 como base.  Se escribien los números de abajo hacia arriba.

Astronomía Maya
Se sabe que en varias ciudades costruyeron edificos que fungieron como verdadero observatorios y nos han legado calculos asombrosos por su exactitud, como por ejemplo el ciclo solar que lo establecieron en 365.2420 días y el ciclo lunar en 29.53086 días.

Hoy día los científicos por medio de satelites, computadoras, calculo de presición e integración; e intersección optica laser, han calculado que el año solar es de 365.2422 días, y el ciclo lunar es de 29.54059 días lo que se traduce en que los mayas calcularon la presición del año solar con 3.900 % (tres mil novecientos porciento) más exactitud que las culturas europeas y la presición lunar con 15.833 % (quince mil ochocientos treinte y tres porciento) más exactitud que cualquier otra cultura del mundo.

Venus
Venus era el objeto astronómico de mayor gran interés. Se piensa que los Mayas le daban tanta o más importancia que al Sol. Lo observaban cuidadosamente cuando movió por su estaciones (toma 584 días para que Venus y la Tierra se alinen en su posición previa con respecto al Sol). Toma aproximadamente 2922 días para que la Tierra, Venus, el Sol, y las estrellas esten alineadas otra vez.

Los Mayas hicieron observaciones del día de Venus. Venus tenía un efecto psicológico en los Mayas y otras culturas Mesoamericanas, se ha mostrado que los Mayas cronometraron algunas de sus guerras basaron en los puntos estacionarios de Venus y Jupiter.

El Sol
Se entiende que los Maya no solo observaban las posiciones extremas del Sol en los Solsticios, sino también los equinoccios. Además del Paso Zenital mencionado antes, observaciones de ecliptices y más.


En el Arte Maya esta representada la Ecliptica como una Serpiente de Dos Cabezas. La ecliptica es el camino de el sol en el cielo, que esta marcado por las constelaciones de estrellas fijas. A esto se le llama también el zodíaco y son las constelaciones visiles en la ecliptica.






Creado por: Melvin Alexander Reyes Henríquez.